Desde Editorial Muchas Nueces tuvimos el gustazo de charlar con la Editorial Chirimbote.
Una editorial de libros infantiles, entrevistando a otra editorial de libros infantiles.
Una escritora que camina los kioscos de revistas distribuyendo las publicaciones para las que escribe. Un ilustrador que estaba a punto de largar la ilustración para agarrar un trabajo fijo. Un diseñador cuyo hijo le hizo notar que utilizar relojes de arena en 2015 es una antigüedad. Horneamos un poco y así obtenemos Editorial Chirimbote.
La investigación que había hecho acerca de Frida Kahlo para Revista Sudestada le quedó rebotando en la cabeza. A Nadia Fink, la historia de Frida la fascinaba. El ícono-Frida le parecía un punto de partida para hablar de muchas cosas, incluso como una herramienta para desterrar los estereotipos que atraviesan la infancia. Lo que iba a ser un anexo para la Sudestada terminó siendo una colección de cuentos infantiles llamada Antiprincesas.
“El Anti parece muy contra, no vamos a desterrar las princesas de un plumazo. Hoy mi hija tiene 20 años y en su momento los abuelos le regalaban las publicaciones tradicionales que me parecían insoportables. Pero uno cría a los hijos en una sociedad de la cual forma parte y hay que ir aportando para que eso se transforme”, explica Nadia.
Pitu hace ilustraciones para cumpleaños y las comparte en Facebook. En los comentarios celebran su capacidad para captar la esencia infantil con mucha magia. Comienza a ilustrar para Sudestada, y allá lejos asomaba un peligro: largar las ilustraciones para empezar un trabajo de muchas horas. Le proponen la idea de ilustrar a Frida y hace una (que no es la de la tapa) y así alejamos al peligro, dibujando como corresponde. Allí comienza a tomar cuerpo el texto, que Pitu ilustraba y eso a la vez redimensionaba el texto.

En la tercera etapa entró el diseño, con Martín. El desafío era darle características interactivas, por eso introdujeron el perrito preguntón. Lo del cursor de la computadora primero iba a ser un reloj de arena. El hijo de Martín tiene 16 años y al ver el reloj de arena preguntó: ¿Qué es eso? Así es que el elemento antiguo tuvo que mutar en algo más contemporáneo.
La calidad de la impresión y la terminación del libro son impecables. La forma potencia el contenido. Nadia: “Si hay algo que cautiva de las princesas, es que son hermosas y recontra atractivas. El mundo Disney no pega sólo porque lo imponen sino porque es atractivo.”
Pensado para el rango de seis años para arriba, les hicieron notar que lo podían trabajar en una salita de tres años. Luego de leerlo algunas nenas que se disfrazaban de Frida. También lo disfrutan hasta chicos y chicas de 12 años.
Para ponerse un límite temporal eligieron tener todo listo para la Feria del Libro. Las Friditas estaban en el stand de Sudestada y de Kiosquito de libros, donde vendieron 150 ejemplares en cada stand. También venden a través de la página de facebook. La primera tirada fue de tres mil ejemplares en mayo 2015, financiada entre Sudestada y Chirimbote. Ya se viene la segunda tirada financiada con las ventas de la primera. Todo lo que venden va a reinversión para imprimir el libro de Violeta Parra y el de Juana Azurduy.
¿Por qué no tienen lomo los libros? Nadia: “El formato revista, lo vamos a seguir manteniendo. Tal vez al no tener lomo, nos perdamos de ir por la experiencia CONABIP pero como venimos de la experiencia Sudestada, que es formato revista y se distribuye en kioscos de revistas, es a ese tipo de público al que apuntamos. Además para pegar la tapa la imprenta tiene que tener una buena Binder sino se desarma todo.” Por eso es que vemos a Frida y a Violeta en los kioscos.
La relación editorial-imprenta es clave. “En Sudestada ya veníamos laburando con Guttenpress y cuando les dijimos la idea se entusiasmaron, luego les mandamos el pdf y les gustó. Sebastián nos avisó que sobraba un recorte del pliego y que podía añadirse unas postales. Así que hicimos postales, por el mismo costo y con los datos de contacto de la editorial.” Queremos el contacto de Sebastián, ya, por favor.
Están aprendiendo el tema clave que es el de la distribución. “Hicimos venta en mano pero desistimos porque nos llevaba mucho tiempo. También está Kiosquito de libros que dejan en algunas librerías y van a las ferias del libro infantil.”
Para el libro de Violeta Parra la interacción pasa por un pajarito preguntón. La construyen como una viajera del tiempo, que en su presente va a buscar música de otro tiempo y Chirimbote la trae al presente también. No hay una cronológica tan marcada como en el libro de Frida y llega hasta el momento en que Violeta comienza a hacer la recopilación a sus 37 años.
Chirimbote es un claro ejemplo de que un buen contenido no es excusa para descuidar la forma y la calidad. Sólo queda esperar que la red de distribución que ya tienen, junto a la que están armando, fluya y pueda ser controlada de manera tal que tengan el retorno de dinero en tiempo y forma, para que el desafío constante que es la continuidad, llegue a la próxima estación que es Juana Azurduy y de allí se dirija al infinito parando en un millón de estaciones más.